Me parezco a esas imágenes que ahí aparecen. Me parezco y aparezco ahora después de casi 18 años. Algo así debe ser el tiempo transcurrido de cuando las realicé. Y quien diría, esos rostros reflejan una apariencia trágica de mi situación actual, Acaso siempre he sido el mismo: un pintor de retratos y autorretratos, optimista y profundamente trágico a la vez. La ironía se impone por si sola.
En esa época vivíamos en París, lo teníamos todo, nos amábamos, andábamos por ahí a cualquier suspiro,de cualquier hora y de unas energías imbatibles. Eramos dos, felices e indocumentados.
Recuerdo cuando partí a Budapest. Esa mañana pasé por la casa para despedirme de los niños. el taxi que me llevaría al aeropuerto me esperaba, me acerqué al computador donde Carmen estaba haciendo cosas, mirando correos, quizá no hacia nada y solo esperaba que yo me fuera, yo me acerqué, no recuerdo si le di un beso, ella ni siquiera se levantó, solo me dijo "chao que le vaya bien", y su rostro demostraba una amargura inusual. Me sentí tan desolado, tan ruin. Se suponía que los planes iniciales de meses atrás era que íbamos juntos, y ahora todo se había ido al carajo. Carmen siempre me acompañaba a todas partes, se las arreglaba como pudiera, pero ahí estaba, fascinada lista a mi lado, y partíamos los dos juntos. Ella me amaba.
y sigo recordando. Budapest es una ciudad vieja, melancólica, decadente? maravillosamente detenida en el tiempo. Y sin embargo tiene algo de conmovedor en su gente, en la luz de fines de invierno, en sus mansiones despojadas del esplendor de antaño de antes de los soviet. Yo caminaba por esas calles y lloraba en silencio. tenía frío y tristeza en mi corporalidad estropeada, en mi cabeza ensimismada de soledad y confusión.
No es que Carmen me "acompañara" en algún viaje. Estábamos juntos y nos gustaba estar juntos, de eso se trataba, de eso se trató siempre una historia de amor: simplemente las ganas de estar juntos.
Y luego, solo
Solo fui a Budapest solo a Buenos Aires solo a Madrid solo iré a Bogota
Sentir que estás solo puede ser muy desgraciado, buscar estarlo es una forma que requiere de una cierta disposición mental. Cuando yo regresé de Budapest me sentía solo, no quería esa forma, me apabullaba la sola idea de imaginar lo tan real de aquello, me negaba a aceptarlo. Hoy acepto y vivo esta condición. He aprendido finalmente a mirar las cosas de otro modo. Aceptarlo fue durísimo. Aquí estoy.
Autorretrato Nº6
ResponderEliminarMe parezco a esas imágenes que ahí aparecen. Me parezco y aparezco ahora después de casi 18 años. Algo así debe ser el tiempo transcurrido de cuando las realicé. Y quien diría, esos rostros reflejan una apariencia trágica de mi situación actual, Acaso siempre he sido el mismo: un pintor de retratos y autorretratos, optimista y profundamente trágico a la vez. La ironía se impone por si sola.
En esa época vivíamos en París, lo teníamos todo,
ResponderEliminarnos amábamos, andábamos por ahí a cualquier suspiro,de cualquier hora y de unas energías imbatibles. Eramos dos, felices e indocumentados.
Very nice illustrations!
ResponderEliminarRecuerdo cuando partí a Budapest. Esa mañana pasé por la casa para despedirme de los niños. el taxi que me llevaría al aeropuerto me esperaba, me acerqué al computador donde Carmen estaba haciendo cosas, mirando correos, quizá no hacia nada y solo esperaba que yo me fuera, yo me acerqué, no recuerdo si le di un beso, ella ni siquiera se levantó, solo me dijo "chao que le vaya bien", y su rostro demostraba una amargura inusual. Me sentí tan desolado, tan ruin. Se suponía que los planes iniciales de meses atrás era que íbamos juntos, y ahora todo se había ido al carajo.
ResponderEliminarCarmen siempre me acompañaba a todas partes, se las arreglaba como pudiera, pero ahí estaba, fascinada lista a mi lado, y partíamos los dos juntos. Ella me amaba.
y sigo recordando.
ResponderEliminarBudapest es una ciudad vieja, melancólica, decadente? maravillosamente detenida en el tiempo. Y sin embargo tiene algo de conmovedor en su gente, en la luz de fines de invierno, en sus mansiones despojadas del esplendor de antaño de antes de los soviet. Yo caminaba por esas calles y lloraba en silencio. tenía frío y tristeza en mi corporalidad estropeada, en mi cabeza ensimismada de soledad y confusión.
No es que Carmen me "acompañara" en algún viaje. Estábamos juntos y nos gustaba estar juntos, de eso se trataba, de eso se trató siempre una historia de amor: simplemente las ganas de estar juntos.
ResponderEliminarY luego, solo
Solo fui a Budapest
solo a Buenos Aires
solo a Madrid
solo iré a Bogota
aunque no estoy tan seguro de esto último.
Sentir que estás solo puede ser muy desgraciado, buscar estarlo es una forma que requiere de una cierta disposición mental.
ResponderEliminarCuando yo regresé de Budapest me sentía solo, no quería esa forma, me apabullaba la sola idea de imaginar lo tan real de aquello, me negaba a aceptarlo.
Hoy acepto y vivo esta condición. He aprendido finalmente a mirar las cosas de otro modo.
Aceptarlo fue durísimo.
Aquí estoy.
La soledad es mi retrato
ResponderEliminarme veo en el espejo
de mi baño
y me digo
no estoy tan mal
después de todo
J'aime beaucoup ton coup de pinceau.
ResponderEliminarJulia