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13 agosto, 2010

2 comentarios:

  1. Autorretratos serie de 120


    Egon Schiele (1890-1918)
    • Pintor malogrado, muerto con tan solo 28 años de edad; es quizás el más expresionista de los expresionistas, autor de retratos descarnados en escorzos torturados, cuerpos mutilados según los designios del artista. Su obsesión por el retrato de lo oscuro e incluso obsceno (figuras masculinas masturbándose, desnudos femeninos en posturas poco recatadas) le provocó no pocos problemas, e incluso una breve estancia en la cárcel. Pero también la admiración –no siempre admitida- de sus contemporáneos. Hasta el idolatrado Klimt tuvo que admitir que el jovencísimo Schiele era “ mejor dibujante que yo ”.
    Ninguna otra figura satisface tanto al artista como la suya propia, disfruta de su autorrepresentación y desea que el mundo lo vea con sus propios ojos, como lo deja claro con su afirmación: “Mi ser, mi descomposición, trasplantado a valores permanentes, tiene que producir mi fuerza en otros seres más desarrollados (…) Soy tan rico que tengo que regalarme a otros”

    Tirándose la mejilla Masturbándose. Autorretrato.
    o La noción de autorretrato evoluciona en el siglo XX y se orienta en torno a unas intenciones a veces opuestas. Primero la mirada del pintor es cada vez más intimista . Con el nuevo siglo el creador tiene una nueva independencia, se libera de las obligaciones académicas y, en ciertos casos y ciertas épocas, de apremios morales e ideológicos. En el transcurso del siglo XX los autorretratos se multiplican al tiempo que se vuelven más imprecisos y menos íntimos. El artista, en ocasiones, exterioriza abiertamente sus emociones, pero la mayoría de las veces se disfraza adoptando todo tipo de identidades que responden a un doble deseo de definir y ocultar el propio yo.

    La autorepresentación moderna va más allá del autorretrato tradicional. Es una confesión por la que el artista desvela cosas más íntimas de la vida de su creador, de su posición social, de sus ideales y de las relaciones entre el creador y sus modelos.

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  2. Cuando se representa, el creador no se interroga sólo sobre su identidad sino también sobre la esencia de la pintura y sobre los límites de su libertad para crear. Es la segunda vía que los artistas toman en el siglo XX. Por medio de la pintura, el pintor transforma la visión que tiene de él, del mundo exterior y - es lo que nos interesa más en el caso de Picasso - de su propia creación. El artista es su propio modelo, pero el verdadero modelo no es el hombre sino el pintor.
    Surge entonces la tercera dimensión del autorretrato moderno, la metamorfosis; o mejor dicho, el reflejo en el arte de la nueva visión del hombre moderno en permanente evolución. Por metamorfosis se entiende el conjunto de transformaciones morfológicas que el artista experimenta en la figura humana, y en su propio rostro en el caso de la autorepresentación.

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