Anoche soñé con Carmen, fue un sueño sorprendente por dos razones, por la claridad y continuidad de las imágenes o acontecimientos que se sucedían y al mismo tiempo su extensión. Fue un sueño largo. Yo no acostumbro a tener este tipo de sueños, sino que mas bien mi producción soñolienta obedece mas a formas fragmentadas, situaciones inconexas y que con dificultad recuerdo cuando despierto. Salvo excepciones, en general mis sueños son breves y confusos. Pero anoche pareció otra cosa totalmente diferente, la sensación que me queda es la de haber vivido algo, como un historia, no solo real, también como si se tratara de una fantasía interminable, donde todo transcurría muy lento y al mismo tiempo cambiábamos de espacios y lugares, tal como sucede en todos los sueños en que uno aparece por aquí y luego estás en otro escenario, el tiempo se anula y el espacio es un lugar habitable en dimensiones variables. Así son los sueños, digo yo, a diferencia de la realidad donde uno está completamente sujeto a estas dos condiciones tan determinantes: el tiempo y el espacio. Mi sueño con Carmen era una historia de amor, una historia donde muchas cosas eran reales porque parecían haber sido vividas con anterioridad y otras imágenes se presentaban totalmente nuevas. No contaré lo que sucedió en el sueño, no quiero contar la historia, creo que es algo que solo me pertenece a mi, imposible de revelarlo. ¿Por qué? no lo sé muy bien, pero de pronto soy supersticioso y hay ciertas cosas que pasan que siento que me indican algo. Es como cuando uno pide un deseo en silencio, mentalmente, y estas frente a otros y no puedes contarlo porque sino se rompe el encantamiento. Eso me pasa con mi sueño con Carmen, puedo decir que tuve un sueño sorprendente, podría dar a entender ciertos aspectos generales que acabo de relatar, pero del sueño mismo y su historia, eso es una experiencia del orden de lo sagrado? Quien sabe, que pertenece a un sentido muy enigmático y profundo, es lo que logró percibir.
Y tal vez a la única persona que podría contarle ese sueño algún día, sería a Carmen.
He vuelto a tener pesadillas. Por el contrario de lo que piensa el individuo, me decía un amigo, las pesadillas deben ser las demostraciones de que todo va mejor en la vigilia? es probable. Al menos es el síntoma de que has logrado salir o lo estas haciendo. Quien sabe. Prefiero el sueño largo que tuve con Carmen, aunque este demuestre en el fondo tal vez pura melancolía
24 DE MARZO DE 2010 19:11 Anónimo dijo... un laberinto, un camino incierto se dibuja sobre la imagen de un artista? el que piensa qué dibujo debe realizar para escapar a la agobiante demanda de llevar a cabo una pequeña creación todos los días. O bien esta imagen se presenta como una realidad paralela a todas las imágenes existentes en la compleja realidad. Esta imagen que vemos, tal vez se propone simplemente como una contra-imagen.
Autorretrato Nº 57
ResponderEliminarAnoche soñé con Carmen, fue un sueño sorprendente por dos razones, por la claridad y continuidad de las imágenes o acontecimientos que se sucedían y al mismo tiempo su extensión. Fue un sueño largo. Yo no acostumbro a tener este tipo de sueños, sino que mas bien mi producción soñolienta obedece mas a formas fragmentadas, situaciones inconexas y que con dificultad recuerdo cuando despierto. Salvo excepciones, en general mis sueños son breves y confusos. Pero anoche pareció otra cosa totalmente diferente, la sensación que me queda es la de haber vivido algo, como un historia, no solo real, también como si se tratara de una fantasía interminable, donde todo transcurría muy lento y al mismo tiempo cambiábamos de espacios y lugares, tal como sucede en todos los sueños en que uno aparece por aquí y luego estás en otro escenario, el tiempo se anula y el espacio es un lugar habitable en dimensiones variables. Así son los sueños, digo yo, a diferencia de la realidad donde uno está completamente sujeto a estas dos condiciones tan determinantes: el tiempo y el espacio.
Mi sueño con Carmen era una historia de amor, una historia donde muchas cosas eran reales porque parecían haber sido vividas con anterioridad y otras imágenes se presentaban totalmente nuevas. No contaré lo que sucedió en el sueño, no quiero contar la historia, creo que es algo que solo me pertenece a mi, imposible de revelarlo. ¿Por qué? no lo sé muy bien, pero de pronto soy supersticioso y hay ciertas cosas que pasan que siento que me indican algo. Es como cuando uno pide un deseo en silencio, mentalmente, y estas frente a otros y no puedes contarlo porque sino se rompe el encantamiento. Eso me pasa con mi sueño con Carmen, puedo decir que tuve un sueño sorprendente, podría dar a entender ciertos aspectos generales que acabo de relatar, pero del sueño mismo y su historia, eso es una experiencia del orden de lo sagrado? Quien sabe, que pertenece a un sentido muy enigmático y profundo, es lo que logró percibir.
Y tal vez a la única persona que podría contarle ese sueño algún día, sería a Carmen.
No creo en lo dicen los sueños, interpretarlos es complejo, intentarlo es seguir cayendo en un contrasentido?
ResponderEliminarHe vuelto a tener pesadillas. Por el contrario de lo que piensa el individuo, me decía un amigo,
ResponderEliminarlas pesadillas deben ser las demostraciones de que todo va mejor en la vigilia? es probable. Al menos es el síntoma de que has logrado salir o lo estas haciendo. Quien sabe.
Prefiero el sueño largo que tuve con Carmen, aunque este demuestre en el fondo tal vez pura melancolía
autorretrato: debo encontrar una salida y pronto!
ResponderEliminar24 DE MARZO DE 2010 19:11
Anónimo dijo...
un laberinto, un camino incierto se dibuja sobre la imagen de un artista? el que piensa qué dibujo debe realizar para escapar a la agobiante demanda de llevar a cabo una pequeña creación todos los días. O bien esta imagen se presenta como una realidad paralela a todas las imágenes existentes en la compleja realidad. Esta imagen que vemos, tal vez se propone simplemente como una contra-imagen.
24 DE MARZO DE 2010 19:25
14 de agosto, en un par de horas mas
ResponderEliminarviene la deriva C F y A
un autorretrato a tres
la contra imagen de la noche