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13 agosto, 2010

4 comentarios:

  1. Autorretrato Nº 52

    Autorretrato erótico de Picasso

    Una acuarela que Pablo Picasso (1881-1973) pintó a los veinte años en París apareció en una casa del suroeste de Inglaterra, según informó la casa de arte Duke's, que se dispone a subastarla el próximo 10 de abril, con un precio estimado de al menos 200.000 dólares.

    El itinerario de la pintura aún es un misterio, porque sus dueños han decidido permanecer en el anonimato. La obra representa al propio autor desnudo y en clara posición amatoria junto a una de sus primeras novias, Louise Lenoir, cuyo “nom de guerre” era "Odette" y de la que apenas se conoce que nació hacia 1883. Le seguirán a este hallazgo innumerables especulaciones.

    Bajo el nombre Entreinte ("Abrazo "en francés), el propio Picasso autentificó la obra en 1969, aunque se desconocen las circunstancias del trámite.

    La casa Duke's, a través de su vocero, Guy Schwinge, anunció que junto con esta pintura se encontraron dos cuadros más, de los reconocidos artistas británicos George Stubbs (1724-1806) y Alfred Munnings (1878-1959). Entre los posibles candidatos a adquirir alguno de los tres cuadros se incluye al príncipe Aga Khan IV y a la familia real de Liechtenstein, así como a la cantante pop Madonna.

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  2. El autorretrato. La dimensión narcisista de la transferencia


    Elsa Rappoport de Aisemberg (coord.).Ana Bustamante, Hilda D'Aniello de Calderón, Isabel Eckell de Muscio y Patricia O'Donnell


    El tríptico de Bacon representaba su manera de aullar frente a la masacre de millones de personas, en un momento en que la nación se preparaba para celebrar la victoria. Bacon había trabajado en aquel tríptico durante los últimos años de la guerra vertiendo sus traumas por medio de ásperas pinceladas. Esta obra fue recibida con cierta hostilidad debido a su ferocidad, sin embargo, según sus biógrafos (10), fue el único que supo crear con sus tres furias una representación del horror de la Segunda Guerra Mundial.

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  3. Articulaciones con Los modelos teóricos psicoanalíticos

    Según la visión de France Borel (13): "Cualquier retrato, cualquier autorretrato despierta el enigma del doble. En la representación de éste o de aquél se teje un alquímico laberinto de identificaciones, de adueñamientos, de robo, de violaciones; la intimidad violentada. Buscarse en la propia imagen es buscarse en la mirada del otro". "Me mira, luego existo", parafraseando a Descartes, lo enuncia Araceli Rico (14) en su magnífico ensayo sobre Frida Khalo.
    Pensar el autorretrato como el fenómeno del doble y la lucha contra el desamparo y la desorganización psíquica nos llevó a recorrer diversos textos psicoanalíticos. Partimos de la pionera obra de Otto Rank, El doble, y luego encontramos articulaciones con distintas conceptualizaciones acerca del narcisismo desde Freud hasta Winnicott, Lacan, Grunberger, Kohut, Green y Baranger.
    Entendemos al narcisismo, secundario por supuesto, como el nuevo acto psíquico que va a organizar las pulsiones parciales en una imagen unitaria de sí mismo, deviniendo en identificación; aquí adquiere jerarquía cómo el infans es mirado o no es mirado por Ia madre, Winnicott y Lacan se han ocupado de esto. Narcisismo es la libido que inviste al objeto que sostiene; a su vez, la libido del objeto sostén investirá o no al infans. El narcisismo (y la sexualidad) se construye en el encuentro con el otro. O sea que las disposiciones del infans, lo intrasubjetivo, se desarrollarán positiva o negativamente dependiendo de la respuesta del otro, debido al desvalimiento primitivo. Es una visión intersubjetiva de la construcción de un sujeto.

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  4. Basada en una idea de B. Grunberger (15), una de nosotras Aisemberg, (16) ha desarrollado la idea de la confirmación narcisista en el infans como el revestimiento libidinoso de la imagen corporal que se construye al ser aceptado, amado y deseado por la madre en primer término y por el padre a posteriori, quienes reconocen a dicho infans como un proyecto de sujeto diferenciado y con su sexo biológico. También podemos formularlo como el destello del ojo materno que refleja a modo de espejo el despliegue exhibicionista del niño, la respuesta empática de la madre que le confirma su autoestima . La dimensión intersubjetiva del narcisismo se despliega en la transferencia, ésta tiene características especulares, de doble, de elección narcisista de objeto. Hay búsqueda de satisfacción narcisista, de regular la autoestima, de reconstruir o construir la imagen de sí mismo que le permita al sujeto luchar contra la desorganización y la angustia de muerte. El paciente le demanda al analista que funcione en el lugar asignado par la transferencia especular, espera que sea un espejo que devuelva la imagen como un autorretrato. Es la confirmación narcisista en la mirada de la madre. Winnicott (17), analista de lo fronterizo, si bien teóricamente no utiliza el concepto de narcisismo, su idea de holding es un sostén narcisista para la reconstrucción o construcción de un sujeto.

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