El rescate de dos artistas pioneras del arte abstracto. (I) Se exhiben en el Malba pinturas de Eugenia Crenovich (Yente) y Lidy Prati.
Hay buenas artistas mujeres? "Qué pregunta tonta", dirán. Sin embargo, la respuesta oficial tardó años en llegar. Pero cuando lo hizo, es en la forma de una exposición de arte tan rotunda como "Yente y Prati", que se exhibe actualmente en el MALBA y que responde de forma clara a una pregunta boba como esa. Es una respuesta a través de la pintura, del arte, de las excepcionales obras de dos mujeres artistas también excepcionales, Eugenia Crenovich ("Yente") y Lidy Prati.
Argentinas, nacidas a principios del S. XX y en pleno desarrollo de sus vidas y carreras en los años 40´ y 50´, estas mujeres podrían haber sido, como la mayoría, amas de casa. Pero no, eligieron ser artistas. Entonces, esta exposición nos cuenta de las pinturas que ellas hacían pero también nos dice ¡atenti con el canon social de la época, ése que decía que las mujeres se quedaban en casa, tenían hijos y apoyaban al marido! Porque ellas se animaron a salirse de él. ¿Hay "consecuencias" en esta historia? Siempre hay consecuencias.
La primera es que, con décadas de demora, recién ahora se empieza a ubicar de manera oficial, dentro de la historia del arte nacional, la obra de estas artistas, muchos años después de haber sido pintadas. ¿Sexismo? ¿Problemas de género? La verdad es que estas mujeres quedaron muy eclipsadas a la sombra de sus maridos, los renombrados pintores argentinos Tomás Maldonado y Juan del Prete. Y, a pesar de haber desarrollado sus carreras a la par de la de ellos, ni Yente ni Prati son, hoy en día, tan reconocidas. Para nada.
Por eso hay tres posibles maneras, al menos, de recorrer la muestra y comprenderla: una es mirando los cuadros como obras de arte en sí. Son cuadros originales, con riesgo. Yente fue la primer artista mujer del país en hacer arte abstracto, lo que -en esa época- era despreciado por la mayoría.
El rescate de dos artistas pioneras del arte abstracto. (II)
La segunda opción es mirar los cuadros y relacionarlos con la historia personal de cada una de ellas. La tercera opción, aunque un poco más complicada, es cruzar todas las anteriores. Y esto es lo que intentan hacer los curadores de la exposición, Marcelo Pacheco, Adriana Lauria y Amalia Garcia.
Aunque la muestra no es una toma de posición feminista, es imposible no reconocer las desigualdades de género latentes en la historia y, por supuesto, también en el arte. "Sus vidas como pintoras no estaban alejadas de sus vidas como mujeres sino todo lo contrario", refiere García. Por ejemplo, en el caso de Prati, tanto su vida con Juan Del Prete como su separación fueron claves en el desarrollo de su obra, "así como su condición de artista mujer." De hecho, cuando Prati se separó de Del Prete fue dejando de a poco la pintura y se dedicó a tareas administrativas. Su arte se fue apagando y su obra dejó de exhibirse. Falleció el año pasado.
El caso de Yente es un poco distinto: ella logró hacer una carrera de artista profesional bastante exitosa, hasta su muerte, en 1990.
Por ser figuras del escenario local, sus huellas todavía están por la ciudad. No estamos hablando de lejanos mitos de militantes feministas, sino de dos mujeres comunes, inteligentes, con talento, que se casaron con dos artistas también inteligentes y con talento. ¿Por qué, entonces, la diferencia de caminos? "La naturaleza de las sociedades donde se produce arte no ha sido sólo, por ejemplo, feudal y capitalista, sino patriarcal y sexista", sostenía la historiadora sudafricana Griselda Pollock, y citan en el catálogo las curadoras. Los grupos de artistas donde se movían estas chicas actuaron ese canon y Lidy Prati también lo hizo. "Las posibilidades de cuestionar ese modelo de masculinidad no podía ser dentro del grupo de artistas concretos", aclara García.
En 1952, Prati recibió una carta de George Vantongerloo, el famoso artista europeo que le decía: "En el fondo, uno nunca debe de manifestarse de manera espectacular." A pesar de sus intenciones de discreción, las pinturas de estas artistas pesan por sí solas y actúan como imanes poderosos dentro de las salas del MALBA. Todo un tesoro que se abre para que lo conozcamos. Toda un arca de Noé.
El rescate de dos artistas pioneras del arte abstracto. (I)
ResponderEliminarSe exhiben en el Malba pinturas de Eugenia Crenovich (Yente) y Lidy Prati.
Hay buenas artistas mujeres? "Qué pregunta tonta", dirán. Sin embargo, la respuesta oficial tardó años en llegar. Pero cuando lo hizo, es en la forma de una exposición de arte tan rotunda como "Yente y Prati", que se exhibe actualmente en el MALBA y que responde de forma clara a una pregunta boba como esa. Es una respuesta a través de la pintura, del arte, de las excepcionales obras de dos mujeres artistas también excepcionales, Eugenia Crenovich ("Yente") y Lidy Prati.
Argentinas, nacidas a principios del S. XX y en pleno desarrollo de sus vidas y carreras en los años 40´ y 50´, estas mujeres podrían haber sido, como la mayoría, amas de casa. Pero no, eligieron ser artistas. Entonces, esta exposición nos cuenta de las pinturas que ellas hacían pero también nos dice ¡atenti con el canon social de la época, ése que decía que las mujeres se quedaban en casa, tenían hijos y apoyaban al marido! Porque ellas se animaron a salirse de él. ¿Hay "consecuencias" en esta historia? Siempre hay consecuencias.
La primera es que, con décadas de demora, recién ahora se empieza a ubicar de manera oficial, dentro de la historia del arte nacional, la obra de estas artistas, muchos años después de haber sido pintadas. ¿Sexismo? ¿Problemas de género? La verdad es que estas mujeres quedaron muy eclipsadas a la sombra de sus maridos, los renombrados pintores argentinos Tomás Maldonado y Juan del Prete. Y, a pesar de haber desarrollado sus carreras a la par de la de ellos, ni Yente ni Prati son, hoy en día, tan reconocidas. Para nada.
Por eso hay tres posibles maneras, al menos, de recorrer la muestra y comprenderla: una es mirando los cuadros como obras de arte en sí. Son cuadros originales, con riesgo. Yente fue la primer artista mujer del país en hacer arte abstracto, lo que -en esa época- era despreciado por la mayoría.
El rescate de dos artistas pioneras del arte abstracto. (II)
ResponderEliminarLa segunda opción es mirar los cuadros y relacionarlos con la historia personal de cada una de ellas. La tercera opción, aunque un poco más complicada, es cruzar todas las anteriores. Y esto es lo que intentan hacer los curadores de la exposición, Marcelo Pacheco, Adriana Lauria y Amalia Garcia.
Aunque la muestra no es una toma de posición feminista, es imposible no reconocer las desigualdades de género latentes en la historia y, por supuesto, también en el arte. "Sus vidas como pintoras no estaban alejadas de sus vidas como mujeres sino todo lo contrario", refiere García. Por ejemplo, en el caso de Prati, tanto su vida con Juan Del Prete como su separación fueron claves en el desarrollo de su obra, "así como su condición de artista mujer." De hecho, cuando Prati se separó de Del Prete fue dejando de a poco la pintura y se dedicó a tareas administrativas. Su arte se fue apagando y su obra dejó de exhibirse. Falleció el año pasado.
El caso de Yente es un poco distinto: ella logró hacer una carrera de artista profesional bastante exitosa, hasta su muerte, en 1990.
Por ser figuras del escenario local, sus huellas todavía están por la ciudad. No estamos hablando de lejanos mitos de militantes feministas, sino de dos mujeres comunes, inteligentes, con talento, que se casaron con dos artistas también inteligentes y con talento. ¿Por qué, entonces, la diferencia de caminos? "La naturaleza de las sociedades donde se produce arte no ha sido sólo, por ejemplo, feudal y capitalista, sino patriarcal y sexista", sostenía la historiadora sudafricana Griselda Pollock, y citan en el catálogo las curadoras. Los grupos de artistas donde se movían estas chicas actuaron ese canon y Lidy Prati también lo hizo. "Las posibilidades de cuestionar ese modelo de masculinidad no podía ser dentro del grupo de artistas concretos", aclara García.
En 1952, Prati recibió una carta de George Vantongerloo, el famoso artista europeo que le decía: "En el fondo, uno nunca debe de manifestarse de manera espectacular." A pesar de sus intenciones de discreción, las pinturas de estas artistas pesan por sí solas y actúan como imanes poderosos dentro de las salas del MALBA. Todo un tesoro que se abre para que lo conozcamos. Toda un arca de Noé.