¿Qué ventajas posee un autodidacta con respecto al educado ‘formalmente’?
La figura del autodidacta representa la mayoría de las veces una sospecha como ente portador de conocimiento, porque es alguien que se ha instruido por sí solo al margen de un sistema académico. Como contrapartida, al artista contemporáneo le viene muy bien esta suerte de etiqueta difusa que representa el autodidacta, puesto que el artista actual es un personaje no fácil de definir, un ser desparramado en una realidad múltiple, errático pero lúcido a la vez, que comprende las recetas dejadas por los magníficos modernos y sabe que acoger el sentido de una creación no se trata de inventar una nueva forma sino más bien de re-significar lo que hay en la realidad. El manejo de un conocimiento u información ya no sólo proviene de un mundo especializado, sino que participa de la vasta proliferación de mundos y posiciones estéticas, haciendo que un personaje como el autodidacta se sienta como pez en el agua. La información y conocimientos que él maneja le permite construir una suerte de anti-enciclopedia del sistema del arte, donde no existe ninguna necesidad de justificarse, ya que estamos hablando de una creación. Por otra parte, el autodidacta es alguien que de algún modo la realidad normativa de las instituciones le es adversa, su visión de las cosas no responde a una demanda o punto de vista sino que a varios, o tal vez ninguno, y esto hace que sea un ser refractario a un sistema. Un ejemplo concreto de adversidad, al menos en Chile, sería que las universidades de prestigio no saben dar espacio a este tipo de artistas “sin título” entre sus profesores.
Ficción
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La figura del autodidacta representa la mayoría de las veces una sospecha como ente portador de conocimiento, porque es alguien que se ha instruido por sí solo al margen de un sistema académico. Como contrapartida, al artista contemporáneo le viene muy bien esta suerte de etiqueta difusa que representa el autodidacta, puesto que el artista actual es un personaje no fácil de definir, un ser desparramado en una realidad múltiple, errático pero lúcido a la vez, que comprende las recetas dejadas por los magníficos modernos y sabe que acoger el sentido de una creación no se trata de inventar una nueva forma sino más bien de re-significar lo que hay en la realidad. El manejo de un conocimiento u información ya no sólo proviene de un mundo especializado, sino que participa de la vasta proliferación de mundos y posiciones estéticas, haciendo que un personaje como el autodidacta se sienta como pez en el agua. La información y conocimientos que él maneja le permite construir una suerte de anti-enciclopedia del sistema del arte, donde no existe ninguna necesidad de justificarse, ya que estamos hablando de una creación. Por otra parte, el autodidacta es alguien que de algún modo la realidad normativa de las instituciones le es adversa, su visión de las cosas no responde a una demanda o punto de vista sino que a varios, o tal vez ninguno, y esto hace que sea un ser refractario a un sistema. Un ejemplo concreto de adversidad, al menos en Chile, sería que las universidades de prestigio no saben dar espacio a este tipo de artistas “sin título” entre sus profesores.