ña relación con el arte me está matando. Veamos! El arte, sin duda, no sabría finalizar. Por el contrario nada indica que le sea necesario continuar tal cual, en el agotamiento creciente y la repetición de el mismo. Imaginemos que cese toda hipocresía, bruscamente.
... Que cese también todo deseo de plagio. Que cese al mismo tiempo toda creación, porque toda creación, tarde o temprano se sabe destinada a lo repetitivo y a sus efectos de esclerosis. Lo que queda entonces por imaginar es a un artista sin obra, sin estilo, armado solo de su cuerpo paseándose por el mundo como no importa que otro cuerpo...
...Un ser que no es diferente, que no juega ya mas de la afirmación de su diferencia proclamada, apóstol militante de la singularidad, sino que por el contrario no teniendo nada que proponer mas que el mismo, espejo de todos los otros: cuerpos idénticos al primer cuerpo venido, proyectado en tanto que tal en medio de los otros cuerpos, sin el apéndice ni la prolongación de si mismo que representa la obra de arte, ese rapto de humanidad convertido en objeto...
Momento donde se hará la economía de la obra. Momento advenido de el no-arte como arte. ¿Que decir? Ya sea, se tratará de un rechazo del arte, de una renunciación razonada. O también, un acto tal de revocación del “objeto obra de arte” podría significar la ascensión a la fase última del estatuto del arte, aquella de su inutilidad, fase liberadora en el sentido que desprende el querer vivir de la pesadumbre convencional haciendo del imperativo de creación el modo superior de realización del ser. No la constatación de la impotencia advenida, sino que mas bien una liberación, el fin de un servilismo plurisecular. Ese momento en fin donde no hay mas necesidad de arte porque la vida misma deviene arte e inversamente.
¿Que puede el arte?, preguntamos mas arriba. Aquello que puede el arte, hoy día, del simple hecho que el continúe, se deduce del hecho que el no-arte todavía no haya advenido. Porque él continua valga lo que valga, inclusive contra la evidencia de el mismo, el arte prueba al menos que la vida no se ha realizado como plenitud.
. “Toda vida perfecta sería el fin del arte”, Robert Musil. En la ocurrencia corrijamos: toda vida perfecta no tiene necesidad del arte. Así el no-arte, que el advenga y se imponga, no sería necesariamente la negación del hombre consumido vía la negación del arte, su mas alta producción simbólica. “No-arte”, mas bien, podrá querer decir realización de una humanidad finalmente emancipada de esa apuesta de libertad absoluta que es el arte y que de larga data encarna y reconduce.
El no-arte, mas allá del sofismo, es la vida preferida al arte, la vida sin ninguna necesidad de éste, vida mejor que el arte. La continuidad contemporánea del arte desde entonces, nos rinde prueba: el arte permanece porque la conquista de la vida perfecta esta a la orden del día.
O la necesidad de encontrar al menos un brote de sentido via el repaso obsesivo (pasado por el filtro equívoco de lo estético) del caos que nos anuda. Inventar un orden, una perspectiva y ponerles un nombre, propio o común, original o colectivo, como quien traza un dibujo en el firmamento con las estrellas que se tienden, igual que una playa de sal, ante la noche.
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"Ahora estoy en la situación del que sin hallar nada que hacer con nada de lo que posee, con nada de lo que ha desembocado un buen día en él, tiene que andar en la indescriptible situación de los huecos y de las ausencias como de laberintos de recovecos absolutamente hirientes y erizados de la falta de las mismas puntas y garfios y agujas que muestra. Es un resbalín. Es una sábana. Se vuelven a repetir. Es una corbata larguísima y de seda y plateada por la que te deslizas."
ña relación con el arte me está matando.
ResponderEliminarVeamos!
El arte, sin duda, no sabría finalizar. Por el contrario nada indica que le sea necesario continuar tal cual, en el agotamiento creciente y la repetición de el mismo.
Imaginemos que cese toda hipocresía, bruscamente.
... Que cese también todo deseo de plagio. Que cese al mismo tiempo toda creación, porque toda creación, tarde o temprano se sabe destinada a lo repetitivo y a sus efectos de esclerosis. Lo que queda entonces por imaginar es a un artista sin obra, sin estilo, armado solo de su cuerpo paseándose por el mundo como no importa que otro cuerpo...
ResponderEliminar...Un ser que no es diferente, que no juega ya mas de la afirmación de su diferencia proclamada, apóstol militante de la singularidad, sino que por el contrario no teniendo nada que proponer mas que el mismo, espejo de todos los otros: cuerpos idénticos al primer cuerpo venido, proyectado en tanto que tal en medio de los otros cuerpos, sin el apéndice ni la prolongación de si mismo que representa la obra de arte, ese rapto de humanidad convertido en objeto...
ResponderEliminar..Este momento particular, lo llamaremos el tiempo del artista sin arte.
ResponderEliminarMomento donde se hará la economía de la obra. Momento advenido de el no-arte como arte. ¿Que decir? Ya sea, se tratará de un rechazo del arte, de una renunciación razonada. O también, un acto tal de revocación del “objeto obra de arte” podría significar la ascensión a la fase última del estatuto del arte, aquella de su inutilidad, fase liberadora en el sentido que desprende el querer vivir de la pesadumbre convencional haciendo del imperativo de creación el modo superior de realización del ser. No la constatación de la impotencia advenida, sino que mas bien una liberación, el fin de un servilismo plurisecular. Ese momento en fin donde no hay mas necesidad de arte porque la vida misma deviene arte e inversamente.
ResponderEliminar¿Que puede el arte?, preguntamos mas arriba. Aquello que puede el arte, hoy día, del simple hecho que el continúe, se deduce del hecho que el no-arte todavía no haya advenido. Porque él continua valga lo que valga, inclusive contra la evidencia de el mismo, el arte prueba al menos que la vida no se ha realizado como plenitud.
ResponderEliminar. “Toda vida perfecta sería el fin del arte”, Robert Musil. En la ocurrencia corrijamos: toda vida perfecta no tiene necesidad del arte. Así el no-arte, que el advenga y se imponga, no sería necesariamente la negación del hombre consumido vía la negación del arte, su mas alta producción simbólica. “No-arte”, mas bien, podrá querer decir realización de una humanidad finalmente emancipada de esa apuesta de libertad absoluta que es el arte y que de larga data encarna y reconduce.
ResponderEliminarEl no-arte, mas allá del sofismo, es la vida preferida al arte, la vida sin ninguna necesidad de éste, vida mejor que el arte. La continuidad contemporánea del arte desde entonces, nos rinde prueba: el arte permanece porque la conquista de la vida perfecta esta a la orden del día.
ResponderEliminarPaul Ardenne
O la necesidad de encontrar al menos un brote de sentido via el repaso obsesivo (pasado por el filtro equívoco de lo estético) del caos que nos anuda. Inventar un orden, una perspectiva y ponerles un nombre, propio o común, original o colectivo, como quien traza un dibujo en el firmamento con las estrellas que se tienden, igual que una playa de sal, ante la noche.
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"Ahora estoy en la situación del que sin hallar nada que hacer con nada de lo que posee, con nada de lo que ha desembocado un buen día en él, tiene que andar en la indescriptible situación de los huecos y de las ausencias como de laberintos de recovecos absolutamente hirientes y erizados de la falta de las mismas puntas y garfios y agujas que muestra. Es un resbalín. Es una sábana. Se vuelven a repetir. Es una corbata larguísima y de seda y plateada por la que te deslizas."
CLAUDIO BERTONI
No, no es así, relajate!
ResponderEliminarDe lo que se trata, es que de pronto nos juntemos a tocar guitarra y a cantar alguna lesera,
Como diría el otro Anónimo... ¡relájate mucho más!
ResponderEliminarExacto. De eso se trata, sobre todo. Tengo guitarra y voz. ¿Y vos?
yo tengo letras sueltas, nada más
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